Hoy mi querida Bertha
quiero recordarte con alegría,
con esa misma alegría con la que me enseñaste a vivir.
Hoy quiero recordarte
sin lágrimas en mis ojos
y olvidar por un momento
que te extraño de verdad
y más cuando mis días,
se ensombrecen.
Hoy mi querida Bertha
quiero buscarte al anochecer
en la estrella más brillante
del firmamento para volver a reír
juntas otra vez.
Hoy quiero recordarte
sin lágrimas en mis ojos
y dejar en tu memoria
todo el cariño y el amor que te tengo
por haber sido la mejor madre
que Dios me pudo dar.
JCR
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