La brisa ceso su canto
con la muerte en el umbral,
Sigilosa observo tus pasos cansados
y apresurada voló a tocar
nueve campanadas para ti,
tu reloj se detuvo y viento del sur
se llevo las blancas nubes con el brillo de tu mirar que se perdió
en la oscuridad donde reposa
tu alma abandonada por la alegría,
desde aquí doy al viento estas flores que llegaran donde te encuentres
adornaran y llenaran con su aroma tu eterna paz,
desde aquí derramo mis versos por ti
y mis lagrimas en tu adiós.
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